Este es un poema de silencios rotos,
de filosofía de tres por kilo,
de inercias.
Son las palabras de cuerpos que no se tocan,
que no gimen,
que no crujen.
Es un poema de lencería con huecos,
de manos con huecos,
de deseos huecos,
oscuros,
profundos,
insatisfechos.
De piernas cruzadas,
huelgas de hambre,
de banderas blancas,
de sábanas blancas.
Este eres tú,
-o lo que provocas-
en la tarde de un jueves.
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